Su dimensión positiva se destaca desde la propia definición de salud que figura en la Constitución de la OMS: “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. El concepto de salud mental está también relacionado con la promoción del bienestar, la prevención de trastornos mentales y el tratamiento, rehabilitación y recuperación de las personas con enfermedad mental.
Se puede decir, por tanto, que la salud mental es un aspecto más del bienestar de cada persona. Algo que tenemos que cuidar, prestar atención y afrontar si pensamos que nos encontramos ante un problema de salud mental.
- Hábitos de alimentación. Para evitar problemas de salud, lo ideal es llevar una dieta equilibrada.
- Autocuidado. Es decir, prestar atención al cuidado de la higiene personal, vestimenta, etc.
- Estilo de vida. Potenciar los ritmos tranquilos, disfrutando de las cosas importantes de la vida y del tiempo de ocio. Evitar el stress y los excesos, así como el sedentarismo ayuda a prevenir los problemas de salud mental.
- Consumo de tóxicos. Es básico evitar el consumo de sustancias tóxicas, tanto legales como ilegales.
Es una alteración de tipo emocional, cognitivo y/o del comportamiento en que quedan afectados procesos psicológicos básicos como son la emoción, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, el aprendizaje y el lenguaje, lo cual dificulta a la persona su adaptación al entorno cultural y social en el que vive y crea alguna forma de malestar subjetivo.
La mayoría de los problemas de salud mental suelen iniciarse en la adolescencia y juventud, o tras sufrir algún suceso traumático como perder un trabajo, la muerte de un familiar, una separación o un desahucio.
Según la Estrategia en Salud Mental del Sistema Nacional de Salud, se calcula que entre el 2´5 y el 3% de la población en España, alrededor de un millón de personas, tienen un problema de salud mental grave como la esquizofrenia o el trastorno bipolar. Y cerca de 9 millones (un 15%) presentan en algún momento de su vida un problema de salud mental como la ansiedad o la depresión.
Los tratamientos deben ser distintos según el tipo de trastorno, y se deben diseñar intervenciones continuadas y personalizadas para cada uno de los casos. Es imprescindible combinar el tratamiento farmacológico con medidas de rehabilitación socio-laboral, apoyo familiar y ayuda psicológica. La atención psicológica es fundamental para afrontar los efectos de la enfermedad en su vida social, familiar y profesional.
En ocasiones los trastornos mentales desembocan en una discapacidad, puesto que la percepción, el ánimo y el comportamiento de las personas con trastorno mental pueden dificultar su actividad en la sociedad.
En algunas ocasiones cualquier persona que esté trabajando puede ver reducida su capacidad para desarrollar sus capacidades y habilidades en diferentes grados (temporal o permanente). Para paliar las consecuencias de estas situaciones y cubrir las necesidades de la persona, existen prestaciones económicas* como, por ejemplo:
Prestación por incapacidad temporal. Pago de un subsidio diario durante la incapacidad laboral en la que se requiera la asistencia sanitaria de Seguridad Social. Esta situación puede derivarse de una enfermedad común, accidente no laboral, accidente de trabajo o enfermedad profesional.
Prestaciones por incapacidad permanente, la falta de ingresos se cubre por el reconocimiento de una pensión contributiva. Cada uno de los cuatro grados de la incapacidad permanente, dan lugar a su correspondiente prestación:
- Incapacidad permanente parcial. Indemnización a tanto alzado equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora que sirvió para el cálculo de la incapacidad temporal.
- Incapacidad permanente total. Se percibirá el 55% de la base reguladora, que se incrementará un 20% a partir de los 55 años cuando por diversas circunstancias se presuma la dificultad de obtener empleo en actividad distinta a la habitual.
- Incapacidad permanente absoluta, se percibirá el 100% de la base reguladora.
- Gran invalidez, la cuantía a percibir será el 100% de la base reguladora incrementado en un 50% destinado a remunerar a la persona que atiende a la persona con gran invalidez.
El Instituto Nacional de la Seguridad Social es el encargado de evaluar, calificar y revisar las incapacidades laborales y, por tanto, de reconocer las prestaciones económicas contributivas que le corresponden a cada solicitante.
Para pedir una prestación por incapacidad permanente será necesario cumplimentar el impreso correspondiente y presentarlo en cualquiera de los Centros de Atención e Información de la Seguridad Social.
* Fuente: http://www.seg-social.es/Internet_1/index.htm
- Fotocopia del DNI del interesado/a o, en su defecto, fotocopia del libro de familia.
- Fotocopia del DNI del representante legal y del documento acreditativo de la representación legal o guardador/a de hecho.
- Solicitud para el reconocimiento del grado de discapacidad.
- Certificado de empadronamiento.
- Fotocopia de todos los informes médicos, psicológicos y sociales que posea, que avalen la discapacidad reconocida.